Es la hora. Las mezquitas llaman a la oración y los feligreses se reunen.
A mostrar
respeto y devoción. Pues así lo marca el Corán.
Tras
los muros, de las antiguas ciudadelas.
Maestros
azucareros, transforman la simple azúcar en elaborados cristales aromáticos, con
los que acompañar el té.
Azafrán,
limón, menta, miel … un sinfín de formas y sabores.
Años
de profesión y maestria, fruto del secreto familiar.
El el bazar, los mercaderes aguardan por posibles clientes.
Té y frutos secos.
Especias
Sedas.
Telares.
Calzado.
Tapices
Un sin fin de colores, olores y texturas. Un paraiso para las sensaciones y el lugar ideal donde perderse a través de los sentidos, recreandoce en los pequeños detalles.
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