Siempre lo vi como el lejano oriente.
Lleno de fábulas, mitos, leyendas y batallas.
Lugar de exóticas comidas.
Con alguna que otra excentricidad.
Un pueblo trabajador.
Un país ambicioso.
A la vez que generoso.
Con un pasado comunista, aun presente en el mundo rural, en contraste con un capitalismo consumista en sus ciudades.
Guardan recelosos, consigo, más de un secreto.
En las tierras altas, justo al limite con Tibet, ondean las banderas de un país que perdió su frontera, por negarse la violencia.
Al viento sus plegarias.
Con la esperanza de un día, volver ver la luz, de la libertad.
Un pais extenso, de vasto territorio.
Donde innumerables experiencias nos esperan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario