Fue aquí, donde Poderosa decidió pararse, a descansar.
Ella pudo percibir antes que yo, que este era el sitio correcto.
Rarangi, South Island,
Lo primero seria buscar un trabajo.
Y ahí estaba, a no más de 500 metros, de la encantadora playa.
Pero no hay hogar, sin techo donde dormir.
Ni calor de hogar, sin familia con la que compartir.
Así, con mi hermano adoptivo. Convertimos una vieja furgoneta, en lo que sería nuestra humilde morada.
La Pacha.
Y juntos, hicimos de la playa nuestro rincóncito.
Aquí pasamos las gélidas noches del invierno, al calor de la fogata.
Compartiendo con amigos, más de una velada.
Recibiendo cada día, como un nueva oportunidad de hacer realidad nuestros sueños.
Cargados de energía.
Aquí pasamos varías lunas.
Trabajando duro, en lo que mejor sabíamos hacer.
Entre amigos, risas, cervezas y más de un asado. Y trabajando lo justo para vivir.
Pasaban los días.
Fueron muchos los ratos junto al fuego.
Aun así, también hubo tiempo para estar con uno mismo.
Reflexionar.
Pasear.
Y soñar.
El invierno paso.
Y el paso de estación, trajo consigo cambios.
Pero si algo nos enseña la vida, es ha ver las cosas con buenos ojos.
Llego el momento de partir.
Pero si de algo estoy seguro, es que, todos esos buenos ratos vividos, todos esos momentos compartidos, y nuevas experiencias, siempre estarán grabados en nuestro.....
No hay comentarios:
Publicar un comentario