China 3

Llegamos al  margen del Plato Tibetano hasta donde el gobierno Chino y su censura nos permitió. Aquí asoman los estandartes de un país a quien le fue expropiada a la fuerza su libertad e independencia.

Un Pais que basa sus creencias en pilares fundamentales. Tratando de enseñar que el amor y la compasión son las mejores armas para combatir los problemas de nuestra civilización.

En los templos aun se enseñan las antiguas enseñanzas, de Lord Buda.

En la ruta los peregrinos a Lasa, ruegan por la libertad de su pueblo, por la paz en el mundo.

Un  pueblo nomada que opta por una vida sencilla.

Un pueblo de arraigadas tradiciones.

 Ligado a la tierra.

Que generosos, comparten sus vidas con nosotros. Champa, Yogour de Yack y una calida taza de té, con matequilla y sal, como es costumbre.

El gobierno Chino ha castigado a este pueblo durante décadas. Sumergiéndolos en la pobreza.

Mientras se apoderan de sus vidas, roban sus recursos y contaminan sus tierras.

Pero lo que no ha conseguido robarles es la sonrisa, la esperanza e ilusión por el cambio.

Varias lunas hemos pasado en estas tierras, contemplando, aprendiendo y compartido muy buenos ratos.

Al fin y al cabo eso es lo que solemos hacer durante nuestras vidas, nos pasamos la vida persiguiendo momentos. Intentando que sean eternos, que no pasen de largo.
Fugaces instantes, difíciles de agarrar, de mantenerlos.
Por eso es preciso atraparlos cuando los tememos delante, hacerlos nuestros.

Siempre son algo grises las despedidas.
Pero es tiempo de volver a casa, tras más de 3500km, en este tramo de viaje. Una vez más es hay que decir, un hasta luego.

Pero en nuestra mente y en nuestros corazones siempre quedan los Momentos.