Hungria

La vida hace uso de sus artes para llevarte y guiarte. A mi, me guío un día hasta Hungría. En este país, se respira la amabilidad de sus habitantes. Gentiles y amantes de compartir unas buenas risas.
Sus calles transpiran historia, cambios, revoluciones, opresión y libertad.

Llamada a menudo el París del centro de Europa, por su encanto y majestuosidad. La ciudad de Budapest está considerada una de las más bellas del mundo.




El Danubio divide con sus aguas la capital en dos partes, Buda y Pest, que unidas por sus magestuosos puentes dan nombre su linda capital, Budapest.

La también llamada Perla del Danubio. Cuenta con innumerables obras arquitectónicas.




El Parlamento, la Basílica de San Esteban o los jardines de Palacio. Otro punto de interés es la gran sinagoga y el barrio judío, muestra de la fantástica mezcla de arquitectura bizantina, árabe y clásica.




Esta capital cuenta con multitud de zonas verdes y parques, donde pasear o hacer deporte. Ideal para conversar, leer o simplemente sentarse, como un abuelito más, a ver como pasean los demás.




A las afueras, los caserios dan otro aire a este pais, que tan rico es no solo en cultura e historia sino también en Naturaleza. Aquí el otoño coje otro color mientras uno pasea por sus frondosos bosques.






No es únicamente un encuentro con la historia, es todo un viaje de sensaciones y emociones y sabores. En Mercado Central, nunca falta paprikas, salamis, patés y ajenjo.

Cerca del centro se encuentra de la plaza de los Héroes, donde aún son venerados y se recuerdan algunas guerras, aunque otros solo traten de olvidarlas.

El comunismo fue parte de su Historia, y aun se puede respirar su presencia en las calles.